Penitencia: Sacramento de Reconciliación

El sacramento de la Penitencia, también llamado Reconciliación o Confesión, permite al cristiano recibir el perdón de Dios por los pecados cometidos después del Bautismo, restaurando la gracia divina y la comunión con la Iglesia. Al confesar sinceramente sus pecados a un sacerdote, quien actúa en nombre de Cristo, el creyente recibe la absolución y la paz interior, renovando su relación con Dios.

Significado Espiritual de la Penitencia

La Penitencia es una oportunidad de conversión y sanación espiritual, que refuerza el compromiso del creyente de vivir en santidad. A través de este sacramento, el fiel reconoce sus faltas y su necesidad de la misericordia de Dios, reconciliándose consigo mismo y con los demás.

Efectos de la Penitencia

La Reconciliación limpia el alma del pecado, restaura la gracia y fortalece al creyente para resistir futuras tentaciones. Además, proporciona una renovación interior que permite vivir con mayor caridad y comunión dentro de la Iglesia.

Compromiso con la Vida Cristiana

Este sacramento es un llamado a vivir en constante conversión y a mantener una vida en armonía con el Evangelio. La Penitencia invita al cristiano a asumir la responsabilidad de sus acciones y a esforzarse por vivir en la gracia de Dios.

Nota: Este resumen se ha elaborado a partir del Catecismo de la Iglesia Católica, en la sección sobre la Penitencia, disponible en la página del Vaticano aquí.

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Lunes a Viernes 8:00 am a 12 y de 2:00 pm a 5:00 pm.

Sábados 8:00 am a 11:00 am

Y todos los días en Eucaristía de 12 y de 5 pm

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